lunes, 4 de octubre de 2010

She and Tommy were worlds apart.

Asumo que viste de The Wall. ¿Te pareció extraña?
Y cuando viste The Song Remains The Same ¿Te causó gracia que la sangre tuviese los colores del arco iris?
¿Qué te pareció Help!?
Si estas películas te parecieron insuperablemente lisérgicas, definitivamente no viste Tommy.
La recomiendo, es un clásico infaltable, con la actuación de Roger Daltrey interpretando a "that deaf, dumb and blind kid", Tommy, que se convierte en un Pinball Wizard, en la Sensation.
Tommy pasa a ser un ícono para la gente, un guía, alguien que lo entendió todo, y se forma una especie de religión que lo tiene a él como líder. Así llega a existir el Tommy's Holyday Camp y... bueno, veanla, no es lo mío escribir reseñas de películas.
Pero quiero detenerme en una escena en particular, la de la canción Sally Simpson. Esta narra la historia de una niña, Sally, que está perdidamente enamorada de Tommy. Pese a la negativa de su padre, se escapa para ver la presentación de su amor imposible, termina lastimándose la cara y lo último que sabemos de su vida es que se casa con un Cowboy-Frankestein-Guitarrista recién llegado de California. La frase sobresaliente de este tema es
"She knew from the start
Deep down in her heart
That she and Tommy were worlds apart."

Ahora, la pregunta que me surge después de esto es ¿por qué? ¿por qué pasan este tipo de cosas en las que uno se "enamora" platónicamente de alguien de otro mundo? ¿qué es lo que hace que uno (generalmente, una) ignore todos los defectos de una persona y lo imagine perfecto?
Me acuerdo cuando mi amor imposible era Dexter Holland, a los 14 años, tan fan de The Offspring.
Después llegó Lars Ulrich en mis épocas Metallicas.
Hubo por ahí un affaire imaginario con Robbie Williams, prueba de que las compañías pueden ser muy influyentes.
Tras un vuelco enorme, el señor Lemmy Kilmister sacó a patadas al ex Take That.
Y un buen día el amor platónico volvió a golpear mi puerta de la mano de un hombre de cabellera rubia y voluminosa. Comenzaba mi era de Robert Plant. Nunca lo pude dejar, no puedo. Entonces dejé de reemplazar amores platónicos para empezar a sumar. A ese madcap inigualable que se hacía llamar Syd Barrett. A un Beatle ( hay una pelea entre McCa y George, tengo el corazón dividido).

Y si se tomaron el tiempo de leer todo esto, en esta instancia estarán pensando "ah, esta mina es una tarada". Puede ser, qué se yo.
Pero, si a medida que iban leyendo se acordaron de sus amores platónicos de ayer, hoy y/o siempre, súmense a esta confesión. Y sobre todo, vean Tommy. Si ya la vieron, vuelvanla a ver.

4 comentarios:

  1. Ay yo me muero por Roger Daltrey (justo que hablás de Tommy).Y por Syd Barrett, y Jimmy Page...
    Tuve mi pasión por Roberto también, pero después empezé a mirar mejor a Jimmy, jaja.Ahora tengo días de Robert, pero de Jimmy ¡siempre!
    jajajaja suena re loco, pero es así.
    Si de otros músicos hablamos,Alex Turner me puede, muchísimo.Y por ahí Georgie Harrison.Y Rick Wright.Y podría seguir.

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  2. ¿Viste cómo se ríen en ese video? Me dan ganas de ir corriendo a abrazarlos, jaja.

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  3. muchas gracias por el comentario ^^, mañana sin falta me paso a leer tu blog. ^^

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  4. amores platónicos! jaja, claro que hay que sumarlos...
    los míos son Syd Barrett, Mick Jagger, Kurt Cobain y Gustavo Cerati.

    y Tommy está entre mis películas por ver!

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Gente que le pintó acotar